lunes, 13 de mayo de 2013

cecilia y ruben Final


Varios días habían transcurrido desde que Franshesco volvió, todo estaba “normal”, él no había hecho ningún intento por acercarse a Cecilia, ni a la niña. Rubén, entretanto, sentía que de a poco todo volvía a la calma, pero no quería confiarse, no desconfiaba de Ceci, pero la sola idea de que Franshesco estuviera de vuelta rondándola, buscando provocar en ella algún sentimiento, no, esa idea lo atormentaba.
-          Amooooooooor ya llegué del trabajo!
-          Hola amor, cómo te fue?
-          Muy bien, extrañándolas.
-          Y nosotras a ti, un montón. Ven, siéntate que te sirvo tu cena.
Rubén se sentó y tomando a Cecilia de imprevisto  y la sentó en sus piernas  y le dio un beso de esos que quitan el hipo.
-          Sabes que te amo verdad?... susurró
-          Yo te amo más, mucho más.
-          Quiero mi vida siempre así junto a ti.
Cecilia fue quien lo besó esta vez y el beso subió de tono. Comenzó a quitar uno por uno los botones de su camisa, mientras que Rubén solamente con un movimiento alzó  el vestido de ella dejándola solo en ropa interior. Se miraron sonriendo, con complicidad, Rubén la sujetó por las caderas y se levantó para dejarla sobre la mesa.
-          Eres perfecta… te amo... le dijo con la voz ronca por la excitación.
Él se terminó de desvestir y se acercó a ella, la rodeó fuertemente por la cintura y subiendo lentamente con las yemas de los dedos por su espalda, le quitó el brasier para dedicarse a chupar y lamer aquel par de senos que lo volvían loco, ese era su lugar preferido en la vida el cuerpo de ella…
Cecilia comenzó a gemir y a moverse  sobre la mesa.
-          Ya amor, no seas malo, te necesito dentro de mí ahora mismo.
-          Estás muy desesperada, no?
-          Ummmmm siii, tú no?
Rubén retrocedió un par de pasos para poder contemplarla, esa era la mejor imagen que había visto, se acercó otra vez para penetrarla con fuerzas, antes que Ceci pudiera pedirlo ya estaba dentro de ella. Ceci lo rodeó con sus piernas y comenzaron a mover sus caderas acompasadamente, no podían evitar gemir. Fueron largos minutos de movimiento desenfrenado hasta que por fin llegaron al orgasmo. Rubén se dejó caer sobre Ceci, ambos con la respiración acelerada. Cuando se calmaron él le dio un beso en la frente, ella aún tenía los ojos cerrados, él salió de ella arrancándole un gemido.
Rubén recogió su ropa y fue por una ducha, mientras que Ceci se colocó su ropa nuevamente y se dedicó a preparar la cena. Al ratito sintió a Rubén abrasarla por detrás, estaba recién bañado, él le susurró al oído.
-          Casémonos en 3 meses….
-        -   Qué???
-          - Para qué esperar tanto, si me muero porque seas mi esposa ya mismo!

Ceci estaba aún un poco sorprendida, pero le dijo

-         -  Tienes razón, dentro de 3 meses está bien.
………
-          - Mamá deja de malcriar a Ana por favor
-        -   Déjame tranquila, es mi única nieta
-     -     Sí, pero Rosa, Rubén y tú me la tienen demasiado mimada.
-         -  Mejor dime… cómo va todo con Franshesco?
-         -  No va, eso en bueno, no se ha acercado más a nosotras.
-          - Qué bueno. Ya me tengo que ir hija, y luego me pondré de acuerdo con Rosa para lo de tu matrimonio
-        -   Mamá, quiero algo íntimo.
-         -  Lo sé, adiós, las amo a las dos.
-        -   Y nosotras a ti.

A los pocos minutos suena el timbre. Cecilia al abrir descubre que es una chica realmente guapa, rubia, de ojos verdes y cabello rizado.
-      -     Hola, tú debes ser Cecilia?
-      -     Ehhh, hola, si yo soy. Quien eres tú, disculpa es que no sé quién eres.
-          Ya, me imagine, Rubén no te mostró ni una fotografía mía.
Cecilia la miraba con cara de sorprendida.
-        -   Yo soy  Patricia su novia o ex novia no lo sé. Me dejas entrar?
-         -  Si, claro, pasa.
Cecilia miraba estupefacta a esta chica, qué es lo que quería? qué hacía allí?
-        -   Siéntate, quieres algo?
-          - Agua por favor.
Cecilia regresó con el agua y se sentó
-          - Tú me dirás.
- Ya conozco la historia esa entre tú y los hermanos  Di Martinis, se ve que boba no eres, en fin, solo quiero hacerte saber que Rubén era mío antes de que aparecieras y ahora, aunque lo hayas enredado en todo esto, lo sigue siendo. Y yo vine a luchar por él, o sea, mírate eres una mocosa, por Dios! Y con un hijo de otro, que de paso es su hermano. No te das cuenta? Rubén aceptó todo este paquete, porque él es así bueno, demasiado bueno, siempre está a favor de lo que cree es correcto. No te has puesto a pensar que fuiste tú la que arrastró a Rubén a todo esto? que él lo hace porque siente que es lo que debe hacer? has pensado por solo un segundo que quizás él no te ame, que solo sienta que eres su responsabilidad? que debe enmendar los errores de su      hermano menor? En fin, yo vine a recuperar lo que es mío. En guerra avisada no muere soldado nena, adiós, no te molestes en levantarte, conozco la salida y muy bien.

Cecilia no dijo nada, ni chance tuvo. Se quedó pensativa hasta que salió de su trance porque Anita lloraba, la tomó en sus brazos y la acurrucó junto a su pecho, hasta que por fin las lágrimas salieron a relucir, y si era cierto todo aquello? Sí, tenía que ser cierto, ella sabía lo correcto y bueno que era Rubén, era muy probable que estuviera con ella por compromiso. Así que tomó una decisión.
-          - Amoooor ya estoy aquííííííí, dónde están mis mujeres favoritas?
-       -   Estamos en el cuarto de Anita.
-          - Hola hermosas…
- Cecilia estaba fría, extraña y Rubén lo notó enseguida
-          - Qué te sucede Ceci?
-          - Quiero decirte algo
-         -  Qué será?
-        -   Rubén tomé la decisión de irme una temporada a casa de mi madre.
-         -  Por qué? Qué te hice? Te hice algo malo?.

Ella negó con la cabeza, intentando no llorar.

-          - Claro que no, al contrario, eres la persona que mejor me ha tratado en el mundo! Es solo que estuve pensando… que… quizás tú no me ames, y quizás solo te sientas responsable… por eso haces esto, o…
-         -  De qué mierda hablas? te estás escuchando?… o no, ya va, hablaste con Patricia?
-        -   Sí, pero ella no tiene nada que ver, bueno sí, me abrió los ojos. Ella tiene razón tú y ella tenían planeada una vida perfecta y luego aparecí yo y lo cagué todo. Escúchame, solo quiero que nos tomemos un mes, solo eso, y así tú de verdad ordenas tus ideas.
-          - Mis ideas o tus ideas? No será que como Frashesco volvió tú piensas que…
-          - No seas ridículo, a Franshesco  no lo quiero ni como amigo! Mis ideas están claras, te amo como nunca pensé amar a nadie, y quiero con toda mia alma que seas feliz, por eso quiero darte la oportunidad de que tu aclares tus ideas y veas si de verdad quieres estar conmigo. No quiero arruinar tu vida, a ti no. Creo que el taxi ya debe estar abajo, tranquilo tú seguirás siendo el padre de Anita y puedes visitarla y pasar días con ella.
Ana se dio la vuelta con Anita en brazos para marcharse, tenía solo una mochila de ropa.
-          Me llevo solo lo de Anita, te dejo todo lo que me compraste. Ah! ten el anillo, es tuyo, devuélvemelo solamente cuando estés seguro de que no somos un error en tu vida.
-       -    No, quédatelo es tuyo.
Cecilia lo dejó en la mesa y cuando abrió la puerta sintió como Rubén la abrazaba, bueno las abrazaba y lloraba.
-      -     No se vayan… ustedes son mi vida… decía entre sollozos 
Ceci no aguanto más y comenzó a llorar también, se volteó y miró a Rubén llorar como a un chiquillo, se abrazaron los tres la peque estaba tranquila, inocente al fin.
-          No me quiero ir pero creo que es lo mejor.
-          No, no.
Rubén le quito a la peque de los brazos, para acostarla en su cuna, luego se acercó a Ceci y la abrazo como si se le fuera la vida en ello.
-          Te amo, te amo…
-          Yo también…
-          Entonces?
-          Es que creo que te estoy obligando a esto y yo no quiero que luego tú te des cuenta que haz cometido el error de tu vida, te arrepientas y luego me abandones…
-          Nunca, nunca, te amo, aún no lo entiendes? Me enamoré de ti, creo que desde el primer día, cuando te vi con ese pijama infantil, me recriminé toda la noche porque eras una niña y aun así no podía dejar de pensar en lo hermosa que eras.
-          De verdad? - preguntó con voz infantil Ceci-
-          Sí, por favor, quédate.
-          Está bien, te amo
-          Y yo más, que sea la última vez que agarras este berrinche, ok?
-          Está bien…
-          Eres mi niña mimada, te amo tanto.
-          No me trates como a una bebe…
-          Entonces no te comportes como tal. Y no me hagas pucheros que me dan ganas de comerte toda ya.
Esa tarde salieron los tres de paseo, como familia, se veían preciosos como familia.
-          Mamá quiere que pasemos por la casa a cenar.
-          Crees que sea buena idea?
-          Por qué lo preguntas? Ah, ya, por Franshesco, bueno, que se acostumbre, eres mi mujer.

Cuando llegaron a casa de Rosa se encontraron con que Patricia y Franshesco estaban de lo más animados charlando en la sala, Ceci al mirarlos se puso tensa, Rubén la tomó de la mano con fuerza, mientras con la otra sostenía a la peque.
-          Buenas noches!
-          Buenas noches… respondieron al unísono
-          Patricia, cómo has estado
-          Muy bien y tú?
-          Excelente y feliz con mi familia, bueno los dejo porque mi madre espera a esta princesita. 
Cecilia continuaba tensa. Caminaron hasta la biblioteca, donde se encontraba Rosa, que al verlos se fue enseguida a cargar a Anita y esta al ver a su abuela no dudó en echarle los brazos para que la cargara.
-          Ay mi princesa, cada día estas más hermosa.
-          Hola mamá.
-          Hola Rosa como está?
-          Hola hijo, Ceci… le dio un beso en la mejilla a ambos… lo siento es que Anita me pone ciega.
-          Sí, ya lo notamos…
-          Qué te sucede Ceci?
-          Nada…
-          Mamá solo que Franshesco está en la sala con Patricia
-          Ah! sí.
-          Sí, y Patricia fue hace días al apartamento a decirle miles de cosas a Ceci - Esta le hizo un gesto como para que no contara nada, pero Rubén lo ignoró -
-          Ay, hijo! una mujer celosa es capaz de cualquier cosa, lo que importa es que ustedes estén claros y no se dejen influenciar por esas cosas.
-          Si estás escuchando María Cecilia?
*******

Por varias semanas Patricia siguió insistiendo en buscar a Rubén, él siempre fue cordial para rechazarla, sin embargo, ante la insistencia, él un día muy molesto le dejó claro que él en su vida había amado a nadie como a Ceci, que no iba a cambiar todo lo que tenía por ella, eso jamás. Que a la única mujer que amaba era a esa chiquilla de tan solo 17 años que le había regalado la dicha de ser padre, que jamás había sido tan feliz como ahora, y que si de verdad estimaba lo que ellos alguna vez vivieron, le pidió que por favor se alejara de su familia.
Patricia no tuvo más alternativas que aceptar que allí no tenía nada que hacer, se regresó a Canadá, pero antes habló con Franshesco.

-          Y por qué te marchas, no se supone que amas a Rubén?
-          Sí Franshesco, pero también me amo a mi misma. Qué no entiendes que ellos se aman, de verdad yo no voy a seguir luchando con una mocosa una guerra que ya está perdida, la verdad es que no tengo esa necesidad.
-          No me digas, entonces los vas a dejar así, que se case y ya.
-          Pues sí. Y tú debería hacer lo mismo, deja ya de ser tan egoísta en tu puta vida. Ese puesto era tuyo, sabes? pero decidiste huir, y se enamoraron. Tu hermano se merece ser feliz con esa chica, y se merece que no lo molestes más. Yo me marcho.
Y así, sin más, Patricia se marchó. No quiso seguir luchando contra algo que indudablemente no iba a ganar. Por su parte Franshesco tuvo que hacer lo mismo y regresarse para seguir con sus estudios, el sabia en el fondo que su hermano era mejor hombre que él y que si su padre estuviese vivo estaría orgulloso de Rubén, aquel chiquillo al que adoptó como hijo propio 
cuando solo tenía 2 años de edad, al final se estaba repitiendo la misma historia de su madre, que salió embarazada de un tipito que la abandonó y luego se encontró con FRANK quien se enamoró de ella y adoptó a aquel pequeño como su hijo.



******

-          Papito, papito llegaste
-          Hola mi princesita donde esta mami?
-          Hablando por teléfono con la abuelita

Rubén se acercó y le dio un beso por el cuello a Ceci.

-          Chao mamá, sí, sí, te cuento luego, si te amo.
-          Hola amor… dijo Ceci volteándose para darle un beso en la boca a su esposo… que tal tu día
-          Algo cansón y el tuyo?
-          Bien, llegue hace rato del restaurante y me vine a la casa.
-          Sabes que te amo más que ayer y menos que mañana?
-          Yo te amo igual mi amor, gracias.
-          Gracias, por qué?
-          Porque tengo 6 años de felicidad a tu lado, eres el mejor padre y esposo del mundo, gracias por apoyarme, gracias por haberme ayudado en mis estudios de administración y cocina y gracias por ayudarme a montar el restaurante…. Tú me das todo y yo no te he dado nada…
-          De qué hablas? Si tú eres la que me das todo, amor, una vida feliz y una hija preciosa… y sexo delicioso cada día… esta última frase la dijo susurrando en la oreja de ella.
-          Me gusta complacer a mi esposo y tener mucho sexo con él.

Se fundieron en un apasionado beso, que estaba subiendo de tono y Cecilia ya podía sentir  como la hombría de su esposo le rozaba el vientre.

-          Mmm, como que viniste animado hoy.
-          Un poquito…
-          Dónde está Anita?
-          Viendo la tele.
-          Bueno dejemos esto por un rato que voy a mi obligaciones de madre, ah, por cierto, te tengo una sorpresa.
-          Ah, si! qué será?

-          Deja de ser curioso voy a bañar a Anita porque hoy se va casa de tu madre, con eso de que hoy comienza el fin de semana… se va con ella.
-          Cierto, mamá me llamo como 2 veces hoy para recordarme que se llevaba a Anita a su casa.

-          Hijaaaa vamos a la ducha que ya viene tu abuelita Rosaaaa!
-          Sí mamita si yupiiiii.

Cecilia bañó y arregló a su peque y a las 6 pm ya estaba Rosa tocando la puerta,
-          Mamá cómo estas?
-          Bien hijo.
-          Abuelita, abuelita ya estoy lista! - salió corriendo y gritando Anita.
-          Nos vamos a casa princesita?
-          Sí abuelita!
-          Chao princesa te amo, te portas bien y hazle caso a la abuelita en todo.
-          Sí mamita.
-          Chao hija, te amo
-          Chao papito.
-          Chao hijos nos vemos el domingo
-          No mamá, nos vemos mañana, mañana vamos a pasar el día allá
-          Sí hijo, te quiero.
Rosa se llevaba por lo menos un fin de semana a Anita, pero Cecilia y Rubén terminaban ese fin de semana metidos de cabeza en casa de Rosa, era imposible no extrañar a Anita.
-          Ya estamos solos.
-          Ujum, qué te parece si nos damos un delicioso baño?
-          Me gusta Sra. Di Martini…
-          Y luego vamos a cenar…
-          Y la sorpresa?
-          Te la doy en la cena.
Entraron a la ducha y comenzaron a juguetear  a los pocos minutos Cecilia estaba empotrada  de la pared del baño con sus piernas alrededor de Rubén y este la penetraba con frenesí, era pasión, delirio, amor...
-          Ajá, ya estamos cenando, cuál es la sorpresa?

Ceci buscó dentro de su bolso y sacó un sobre.

-          Ten
-          Qué es?
-          Abre y leelo.
-          La señora Cecilia..bla, bla.. la prueba de sangre… bla, bla… el examen de  embarazo salió… POSITIVO… ¡¡¿POSITIVO?!!
Rubén parpadeo varias veces, sin entender, hasta que cayó en cuenta y en voz alta dijo
-          Estás EMBARAZADA!!!!!!!  Seremos padres otra vez??!!
-          Shhhhh! todos nos están viendo… si tengo 4 semanas.
Rubén se levantó de la silla y abrazó a su esposa
-          Te amo, gracias, gracias.
Rubén andaba como un chiquillo contento ,  ese mismo día decidió que se mudarían, que compraría una casa más grande, quería tener muchos hijos con esa mujer; a los pocos meses ya se estaban mudando a una casa más grande y hermosísima, la madre de Cecilia los acompañó y vivía con ellos.
Cecilia tenía ya una hermosa barriguita y el día que fueron con el doctor (el mismo que la atendió con Anita) a los 5 meses exactos, les dijo que era un niño! Rubén estaba aún más contento, Anita también, estaba ilusionada imaginando que su hermanito sería un lindo muñequito al que vestiría y daría de comer.  Y, Frank vino al mundo, si Frank, Rubén quiso llamarlo así en honor al hombre que aunque no le dio la vida, fue su Padre.
Por su parte Franshesco, después de tanto tiempo tuvo que aceptar aquello, no era el mejor tío o cuñado, pero por lo menos se llevaban bien. Aunque en el fondo seguía teniendo aquella espinita de que ese puesto hubiese sido de él si no hubiera sido tan estúpido.
Luego del nacimiento de Frank había planes de hacer más encargos… y así fue como la que la vida de una chica creía que futuro terminaba y resultó ser que apenas comenzaba… 




viernes, 26 de abril de 2013

CECILIA Y RUBEN 3


- Rubén ya pensaste en un nombre?
- Yo?
- Claro, en eso habíamos quedado, si era niña...
- Ya, pero es que estoy nervioso.
- Piénsatelo.
Rubén se acercó y le dio un tierno beso a Ceci.
Ya habían transcurrido algunas semanas y la decoración y compras para preparar la llegada de la bebé ya habían comenzado. Rubén e Iván estaban pintando la habitación, cuando Rubén sale de la habitación y dice.
- ANA CECILIA!!!!
- Qué?
- Quiero que nuestra hija se llame ANA CECILIA.
Ceci lo miró y parpadeó varias veces.
- Estas seguro?
- Claro! adoro tu nombre y me gusta mucho Ana
- Bueno, entonces ya oíste bebita, te llamarás Ana Cecilia!

Llegó el día de la graduación de Ceci, ella estaba preciosa. Fue un día muy especial, cuando recibió su título miró a su madre y a su novio, ambos tenían una enorme sonrisa en los labios; ese día los tres fueron a comer y a celebrar. La madre de Ceci ya estaba menos molesta y al ver que su hija se encontraba bien y al conocer el encanto de persona que era  Rubén supo que era un buen chico, y que todo estaría bien para Ceci.

Transcurrieron varios meses y llegó el día tan esperado, Ana Cecilia llegaba al mundo. Rubén parecía un niño en navidad, estaba nervioso y feliz y nervioso otra vez. Entró en la sala de parto junto a Cecilia, sufriendo con ella, dándole fuerza y ánimos, sin soltar su mano en ningún momento y celebrando junto a ella cuando por fin la pequeña Ana salió a ver la luz, ese, sin dudas, fue el mejor día de su vida.
Rubén y Ceci estaban viviendo en su burbuja particular, solo existían ellos dos, bueno, ahora tres. Vivían alejados de todos: de la madre de él, de Franshesco, de Patricia, de la madre de Ceci. Pero no les hacía falta más nada para que su felicidad fuera completa.
Cuando la niña llegó a casa estaban tan emocionados. Al principio fue duro coger el ritmo de vida, como todo buen bebé Ana Cecilia se despertaba de madrugada a llorar y Ceci se despertaba con ella, pero al lado de ambas también estaba Rubén, cuidando de las dos. Muchas veces era él quien se preocupaba de darle el biberón mientras Ceci era vencida por el agotamiento. Sí, llegaba al trabajo con ojeras, pero el el hombre más dichoso  del mundo, y a los 4 meses ya se habían acostumbrado.
La madre de Ceci comenzó a visitarla ocasionalmente, Ceci sentía que poco a poco la perdonaba, pero, cómo no? si Ana le robo el corazón! Era una bebita preciosa, blanquita, de cabello castaño y hermosos ojos como la madre, aunque también tenía algunas facciones del padre. Y… era su nieta!
Cuando la madre de Rubén la vio, también se derritió. Estaba encantada! Ahora no había fuerza humana que pudiera sacarla del apartamento.
-Bueno Cecilia, tenemos que organizar el bautizo de Anita.
- Sí señora, Rubén y yo estábamos pensando algo  íntimo.
- Por supuesto que no! Anita es mi primera nieta y quiero una fiesta apoteósica! Que todo el mundo se entere de que tengo la nieta más hermosa del mundo. Déjenlo todo en mis manos que yo lo organizaré.
-Eeehh… como quiera señora.
- No me llames señora, dime Rosa.
A Rosa, al principio, no le terminaba de caer Cecilia, pero luego que se dio la oportunidad de conocerla y miró la buena chica que era, ya comenzó a sentir cierto agrado hacia ella. Sin embargo, cuando Anita nació terminó de arreglar las cosas e hizo que Rosa se encantara con Ceci. La pequeña Ana había conseguido que su abuela viera con buenos ojos a su madre, y además bastaba con verle los ojos a Rubén para que Rosa supiera que su hijo era feliz.
- Cecilia anda a arreglarte yo veo a la niña.
- Ok. amor.
- Mamá, qué has sabido de Franshesco?
- Aun en Londres hijo, creo que vuelve en un par de meses. Y Patricia?
- Ya lo hemos dejado hace algunos meses. Le envié un correo diciéndole que había conocido a alguien más y que me enamoré.
- No te parece poco apropiado terminar con ella por un e-mail.
- Lo sé mamá, pero no iba a viajar a Canadá. Ella me dijo que pronto volvería y hablaríamos de esto.
-Está bien... La quieres mucho?
- Con toda mi alma, me  enamoré de ella mamá y de esta preciosa niña.
- Sí que es hermosa, se parece un poco a Fransheco, cuando bebé.
Rubén se puso tenso y su madre lo notó.
- Lo siento hijo, pero es con algo que debes lidiar.
- Lo sé mamá.
- Pero, no debes preocuparte. Él renuncio a ambas.
- Sí, tienes razón.
- Amoooor! ya estoy listaaaa!
- Guau! que hermosa estás!
- Que exagerado
- No Cecilia, Rubén tiene razón, estás francamente hermosa. La maternidad te ha sentado muy bien, estás mucho más linda, mírate, no parece que hace apenas 4 meses tuviste un bebé.
Era cierto Cecilia quedo hermosa, se veía más adulta, más bella… más mujer. Llevaba un vestido ceñido hasta las rodillas de color azul marino sin mangas, y unos tacones negros. Se hizo una trenza de lado en su larga cabellera y se veía fabulosa.
Ese día iban a salir a comer los dos, Rosa se quedaría con la pequeña. Llevaban meses sin tener tiempo a solas y este era un día perfecto, estaban cumpliendo 8 meses de noviazgo, había que celebrar. La feliz pareja salió, primero fueron a comer a un sitio muy lujoso, allí se encontraron con algunos amigos de Rubén.
-              Hola Rubén! cómo esta todo?
-              Hola Luis! Bien, excelente, Carmen.
-              Hola Rubén!
-              Les presento a mi novia, Cecilia.
-              Hola Cecilia, un placer.
-              Igualmente.
-              Por cierto Rubén, me enteré que fuiste padre, felicitaciones!!
-              Muchas gracias!! Sí una bebé hermosa como su madre. (Ceci no pudo evitar sonrojarse).
-              Me imagino que ha de ser muy hermosa entonces. Espero conocerla pronto.
-              Oh, si. Dentro de poco les enviaremos la invitación para su bautizo.
-              Que bien! Sí, allí estaremos. Bien, los dejamos.
-              Adiós, ha sido un placer.
Rubén besó a su chica en la sien y se sentaron a una mesa.
- Qué sucede.
- Nada.
Cecilia tenía atravesado algo en su pecho, pero tenía miedo de decirle.
Luego de la cena fueron a bailar, bueno en realidad lo que menos hicieron fue bailar ya que Rubén tiene dos pies izquierdos. Estuvieron dándose besos y arrumacos buena parte de la noche mientras se desplazaban por la pista de baile, hablando. Rubén notaba algo extraño.
- Qué te sucede preciosa?
Ceci lo rodeó por el cuello con sus manos y mirándolo a los ojos le susurró suavemente
- Te amo.
- Qué?
Ceci se sonrojó ante esa reacción, e intentó explicarle
- Que te amo, sé que es muy…
Y antes de que Ceci pudiese decir algo más, Rubén ya la estaba besando.
- Yo también te amo Ceci… mucho… y…
Rubén buscó algo en su bolsillo y sacó una pequeña cajita desde el bolsillo de su chaqueta.
-Pensaba dártelo en algún momento de la noche, creo que este es el momento. Cecilia quieres ser mi esposa?
- Oh por Dios! Estás seguro?
Rubén asistió
- Claro que quiero!!!!Cómo no voy a querer!! Si te amo!! Soy la mujer más feliz del planeta!
Y en la oscuridad de la pista los enamorados buscaron sus bocas para unirse en un beso intenso y apasionado, del que solamente se separaron cuando Ruben le dice a Ceci
- Te amo preciosa. Te parece si vamos a casa a darle la noticia a nuestra niña y a tener sexo desenfrenado toda la noche.
- Oh, sí! Necesito tener sexo con mi prometido.

Salieron de aquel local directo a casa. Al llegar la pequeña Anita dormía y doña Rosa estaba viendo la tv.
- Mamaaaaá… ya llegamooos!
-Tan rápido!
- Sí do.. Rosa es que extrañaba a mi peque.
- Eso siempre será así, las madres no podemos evitarlo, está dormida.
- Mamá, esta noche le he pedido a Ceci que fuese mi esposa, ella aceptó.
- Ohh hijo… que les puedo decir, se ven muy felices juntos. Tienen mi bendición. Felicitaciones!!!
- Gracias mamá
- Gracias do... Rosa, Rosa.
Cuando doña Rosa se marchó, la parejita enamorada corrió a la habitación para dar rienda suelta a su pasión desenfrenada. Comenzaron a besarse, bueno, besarse no… se estaban comiendo la boca. Sus manos no se quedaban quietas, recorrían cada espacio del cuerpo de otro, arrancaban la ropa y seguían acariciando, explorando, quemándose la piel, hasta que cayeron en la cama e hicieron el amor. Fue un acto tierno y puro… sublime. Ella recostada y el encima besando cada centímetro de piel, haciéndola erizar completamente. Mientras se miraban a los ojos y él la penetró suavemente, sin prisas, pero sin pausa. Comenzó a moverse lento, sin despegar sus labios y enroscar sus lenguas… hasta que juntos explotaron en el más arrollador de los orgasmos. Luego de recobrar el aliento separaron sus labios, solo para decir un TE AMO al unísono. Se quedaron acostados, en silencio, contemplándose el uno al otro, cada quién pensando lo feliz que eran juntos.
Rubén se levantó, rápidamente se colocó el short del pijama, mientras que Ceci entró en una de las camisa de Rubén. Él salió y cuando regresó traía a la pequeña Anita en los brazos, había despertado. La acostó en medio de los dos y los tres se quedaron profundamente dormidos.

 Al otro día Rubén fue el primero en despertar y se quedó un rato observando a su futura esposa y su hija… su familia, sí, SU FAMILIA. Sonrió, con esa gran sonrisa de tonto que se le dibuja a uno en la cara cuando es inmensamente feliz, y es que así se sentía, no sabía exactamente qué había hecho para merecer ser tan feliz, pero agradecía a la vida por serlo.
- Buenos días… dijo Ceci al despertar y ver a Rubén contemplándola.
- Buenos días amor.
- Tienes mucho rato despierto?
- No, sigue durmiendo que yo preparo el desayuno.
- No es necesario
- Oh, sí.
Rubén se levantó y dio un beso en la frente a sus chicas.

….

En dos meses se había organizado el bautizo de la pequeña Anita. Rosa y María, la madre de Cecilia, se habían vuelto locas preparando cada detalle de la fiesta para su nieta, ambas estaban completamente enamoradas de esa niña, que con su sola existencia hizo que a la madre de Cecilia se le pasara el enfado.
- Mamaaaa! Roooosa! todo les ha quedado hermoso!!
- Claro que sí hija, para esta muñequita todo lo mejor.
- Por supuesto! es mi primera nieta y no puedo estar más feliz de organizar su bautizo, así como estaré feliz de organizar tu matrimonio con mi hijo.
- Muchas gracias, por todo, de verdad.

La celebración se realizaría en la casa de Rosa, y ya estaba todo listo y dispuesto, Anita tenía puesto un hermoso vestido blanco con encajes rosados, su madre también estaba muy guapa dentro de un vestido muy ceñido color crema en juego con unos tacones color rosa pálido. Desde que estaba con Rubén Ceci lucía cada día más hermosa, y procuraba vestir siempre impecable, ella no quería que Rubén se sintiera avergonzado de ella, además ya no era una niña, bueno sí que lo era, tenía apenas 17 años, pero ya era madre y pronto esposa, tenía y quería ser y parecer toda una dama.
- Guau! pero que guapas mis princesas.
- Amor, tu siempre tan zalamero.

 - Nada de eso, estoy orgulloso de tener conmigo a las dos mujeres más bellas del mundo.
- Y nosotras estamos orgullosas de tener al padre y novio más bello y bueno del mundo.
- Dame a mi preciosa bebita.
 - Te amo
- Y yo a ti.

Rubén besó los labios de su hermosa novia, y cuando estaba en eso fue interrumpido por Iván.
- Hey, hey, alto! Por favor, dejen de hacer esas escenas delante de mi ahijada.
- Ay! Iván, Iván.
- Hola comadre bella.
- Compadre impertinente, cómo estás?
- Bien, muy bien. Hola mi peque hermosa, permítanme cargarla.
Los tres caminaron hacia una de las mesas y se sentaron, en eso llegó la mejor amiga de Ceci que sería la madrina de Ana.
- Buenas! hola a todos.
- Hola Loli!
- Pero qué hermosa está mi ahijada!
- Se parece a su padrino cierto?
- Eeehh… no, a su madrina… Rió Loli
- Padres, padrinos, ya llegó el cura así que vamos... avisó Rosa.


La reunión se llevó a cabo con normalidad, muchos amigos y conocidos, más de parte de Rubén que de parte de Cecilia. Ya entrada la tarde la pequeña estaba cansada y dormida. El bautizo se había desplegado desde las 3 de la tarde y ya a eso de las 8 la mayoría de los invitados se retiraban hacia sus casas. Hasta que en un momento determinado solamente quedaban los padrinos y familiares más cercanos charlando animadamente.
-          - Amor voy a buscar a la bebe, creo ya debe estar por despertarse y con hambre.
-         -  Sí Rubén, ya son casi las 9 de la noche.

          Ruben regresó con Anita en brazos y despierta. 
- Ay, mi beba hermosa ya está despierta.
      ana era en un mar de risas, con 6 meses ya, era una niña preciosa y alegre, y toda ella era solo  sonrisas.
Pero como nada puede ser perfecto, inesperadamente la celebración fue irrumpida.
-        -   Buenas noches familia! qué celebramos?
Franshesco había llegado a casa luego de así año y medio fuera. Cecilia se encontraba sentada en las piernas de Rubén con la niña en brazos, cuando reconoció la voz de quien había llegado se puso fría y sintió como Rubén le presionaba la cadera.
-         -  Hijo! porque no me dijiste que vendrías?
-         -  Quería dar una sorpresa.
-        -   Oh hijo, bienvenido!
Rosa se acercó a su hijo y le dio un beso y un abrazo.
-     -      Bueno y qué celebraban?
-       -    Hombre, Fran, cómo estás?
-         -  Muy bien Iván.

Rubén le hizo un gesto a Cecilia, ella se levantó para permitir que él pudiera ponerse en pie, y volvió a sentarse.
-        -   Hermano, bienvenido!
-        -   Rubén… Franshesco lo estrechó en un abrazo.
-        -   Pero díganme, qué celebran
-       -    Es el bautizo de mi hija… dijo con un hilo de voz.
-        -   De tu hija?
-          Creo que nosotros deberíamos de marcharnos, Loli, señora María, las llevo a casa?... dijo Iván.
Todos se despidieron y solamente quedaron Rosa, Rubén, Franshesco y Cecilia con la bebe.
-        -   Y bien me pueden explicar qué sucede aquí?
-          - Sí Franshesco, es simple, estábamos celebrando el bautizo de mi hija y la HIJA DE RUBÉN… Respondió Cecilia que por fin se había levantado.
-          - Cecilia, qué haces aquí?

Rubén se acercó, tomó a Cecilia por la cintura y con voz firme dijo.

-        -   Fran, Cecilia y yo nos vamos a casar y la niña que tiene en brazos es nuestra hija.
-         -  Qué cosa me estás diciendo? Sabes que ella era MI novia?

-         -  Sí, por supuesto, así como también sé la dejaste embarazada y que sin importarte nada la abandonaste, con  una barriga de dos meses y sin techo donde vivir. Yo me hice responsable de ambas.
-          - Vaya! ya sabía que te habías encargado de ella, pero no tanto.
-         -  No te permito ese tono de voz, tú no sabes nada.
-         -  No, claro que no sé.


Como buena madre Rosa intervino y le contó todo a su hijo, este estaba con los ojos muy abiertos y no podía articular palabra.
-          Yo pensé que tú me esperarías Cecilia
-          Queeeé?!
-          Sí, yo te dije todo aquello porque estaba asustado, pero en todo este tiempo he pensado mejor las cosas y esperaba que, tal vez, ahora… tu y yo...
-        -   Tú y yo no existe, dejó de existir el mismo momento en que nos abandonaste, te pasas! Si piensas que las cosas podrán ser como antes eres un completo idiota.
-        -   Y tú una puta.
-     -      Franshesco, por favor!... intervino Rosa.
-          No te permito que ofendas a la mujer que amo y madre de mi hija
-       -    Es mi hija tarado!
-         -  No, es la  hija de Rubén.
-         -  Ah! ahora es la hija de Rubén…
- Será que tú y yo podemos hablar en privado


Cecilia lo dudó por un momento pero, luego de pensarlo, accedió. Caminó hacia dentro de la casa mirando a Rubén que sostenía a la pequeña.
-       -    Bien, dime qué es lo que quieres?
-          Que me digas por qué me hiciste esto?
-        -   Perdón, te hice qué?
-        -   Esto, meterte con mi hermano
-     -      Yo no planeé esto ni mucho menos, tu madre te lo contó todo, las cosas fueron tal cual ella las pronunció, sin pretenderlo ni controlarlo me enamoré de él, y es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, a su lado soy la mujer más feliz del planeta
-          Y yo todo este tiempo como un maldito imbécil creyendo que me esperarías
-          Ya va, te estás oyendo? Déjame ver si te entiendo, apenas supiste que estaba embarazada, tomaste todas tus cosas y te fuiste del país, desapareciendo, importándote una mierda que yo estaba embarazada, me escupiste en la cara que dudabas que Anita fuera tuya aún sabiendo de que fui virgen para ti y solo estuvimos juntos un par de veces. Cuando mi madre lo supo me botó de la casa y tú no estabas ahí… en todo este tiempo no recibí una sola llamada tuya, ni carta, ni mensaje de texto, nada! Y ahora que vuelves, Dios sabe porqué motivo, pretendes que te importo y que pensabas que te esperaba! Te pegaste en la cabeza? La única persona que me tendió la mano esta allá afuera y sin planearlo ni quererlo, me enamore de él, y afortunadamente, él de mi. Lo amo con toda mi alma y quiero seguir con él el resto de mi vida en la misma felicidad en que hemos vivido como hasta ahora.

-          -  Yo te quiero…  
-        -   Es demasiado tarde para darse cuenta, lo siento por ti
-         -  Pero yo quiero ser el padre de esa niña, es mi derecho
-        -   Tu perdiste ese jodido derecho hace mucho tiempo, el mismo momento en que decidiste marcharte. Eres un puto egoísta, porque tu hermano lo tiene tú lo quieres. Madura de una puta vez y aléjate de mi familia, sigue viviendo tu vida pensando que no tienes hija, porque no la tienes, hazte a la idea de que tienes es una sobrina y si no puedes, entonces desaparece de la vida de mi hija y la mía, eso no ha de costarte mucho, tienes talento para desaparecer.
-        -   Estas hermosa, muy diferente... más madura… más mujer.
-      -     Sí? Pues tú sigues siendo el mismo puto crío inmaduro de siempre, me voy porque mi hija y mi prometido me esperan.


Cecilia salió con pasos firmes se acercó a Rubén
-          - Nos vamos?… le susurró.
Este asintió, se despidió de su madre y de su hermano y se marchó con su mujer y su hija. El camino de vuelta lo hicieron en silencio, él tenía miedo de lo que hubiese pasado dentro de la casa y no se atrevió a preguntar. La pequeña llegó dormida, Rubén fue a acostarla y cuando salió de la habitación Cecilia se tiró en sus brazos abrazándolo con fuerza, él le correspondió el con más fuerza aún y le dio un beso en el pelo.
-          Te amo, eres lo mejor que me ha pasado en esta vida, soy afortunada de tenerte conmigo.
Rubén echó un suspiro, que fue más de alivio que otra cosa.
-      -     Yo también te amo... respondió con alivio
-          - Ven sentémonos,  te contaré que hablé con Franshesco
-        -   No es necesario
-          - Sí es necesario, no quiero tener secretos con mi futuro esposo

Cecilia le relató todo lo sucedido, absolutamente todo, Rubén estaba contento.
-     -     Mmm… apenas son las 11 de la noche, no sé, se me ocurre que tal vez podríamos ir practicando para cuando nos decidamos a realizar el encargo de un hermanito para Ana…
-         - Mmm... Me parece buena idea

Rubén se puso de pie y cargó a Cecilia hasta la habitación, haciéndole el amor no una, ni dos sino tres veces en toda esa laaarga noche, habrían sido muchas más veces, pero había sido un día francamente agotador. Cualquier temor había desaparecido, ella lo amaba y nada iba a cambiar entre ellos, sí que lamentaba aquel conflicto con su hermano, pero por una puta vez en su vida no le interesaba el sufrimiento que sus decisiones pudieran acarrearle a otra persona, era un egoísta lo sabía, pero era el egoísta más feliz del universo.
Franshesco, por su parte, sentía rabia e impotencia. Todo lo que le había dicho a Cecilia era cierto, él quería regresar y volver por ella y su hija, pensó que tal vez ella podía perdonarlo, que aun lo amaba. Habló con su madre, con más calma, ella le contó todo con mucha paciencia y tino… al escuchar todo aquello Franshesco supo que no tenía chance, él había perdido.

CON LA COLABORACION DE NATHY